Relatos

Desconectado

Hola, @FR1_14. ¿Sabes dónde estás? —le preguntó el hombre. Se encontraban en una sala blanca, muy diáfana. Estaban sentados el uno frente al otro, separados por una mesa baja, donde tan solo descansaban un par de vasos llenos de agua.

—No lo tengo claro… pero parece una de las oficinas de La Nube —balbuceó Fran.

—Así es. ¿Cuál es tu último recuerdo, @FR1_14?

—Prefiero que me llame Fran, si no le importa —pidió antes de comenzar su relato— Era de noche, pero el amanecer se intuía, estaba lejos de la ciudad, cerca de la frontera, y entonces… —se quedó pensativo unos segundos.

—¿Qué?

—Entonces —continuó Fran—, todo se puso negro, y lo siguiente que recuerdo es estar encerrado en la celda.

—No has estado encerrado en ninguna celda, tan solo es la sala de desconexión.

—Bueno, puede usted llamarla como quiera. Allí dentro, yo me he sentido un criminal. Y tampoco he hecho nada malo…

—¿Recuerdas cuando fue la última vez que usaste tu dispositivo? —preguntó el hombre, cambiando de tema.

—No lo tengo demasiado claro… Siempre he sido un poco despistado.

—¿Más o menos?

—Ya le digo que no sabría qué decirle.

—¿Sabes qué fecha es hoy?

—¿1 de marzo?

—No. Es 29 de feb…

—Bueno, día arriba, día abajo —interrumpió Fran.

—¿Ves la pantalla de mi dispositivo? ¿Puedes leer lo que pone?

—29 de febrero.

—Eso es. Tranquilo, no eres el único. Tantos días desconectado suelen pasar factura. Pero para eso estoy yo aquí, para devolver tu vida a la normalidad. —Cogió una caja precintada, situada bajo su silla y la colocó sobre la mesa. Después, sacó un sobre de su chaqueta y lo puso junto a ella—. En el interior podrás encontrar tu nuevo dispositivo —dijo señalando el paquete— y en este sobre, tus nuevas claves. A partir de ahora serás conocido como @FR1_142

—Disculpe, pero yo…

—Tú, ¿qué? —interrumpió el hombre.

—Yo… yo no sé si quiero volver a La Nube.

—¿Cómo dices?

—Que no quiero un dispositivo nuevo.

—¿Cómo no vas a quererlo? Vivimos en un mundo increíble, un lugar bueno, donde todos estamos conectados. ¿Por qué no ibas a querer formar parte de él?

—No es la manera en la que quiero vivir. He llegado a estar saturado de información, la mayoría de ella falsa y necesito dejar todo eso atrás…

—¿No lo entiendes, @FR1_14? Es la única opción de vida para hacer felices a los tuyos. ¿O acaso quieres que estén preocupados eternamente por si estás bien?

—No, no me refiero a eso pero…

—Pues ya está. Asume que eres el único que, sin conectarse, no existe. Y ellos quienes sufrirán por tu decisión. ¿Entiendes lo que te estoy diciendo?

Sin preocuparse en responder a la pregunta, Fran permaneció unos segundos en silencio antes de coger la caja de la mesa. Se la puso sobre las piernas y, cuidadosamente, la desenvolvió. Después, sacó el dispositivo de su interior, lo encendió e introdujo las claves indicadas en el interior del sobre.

—Bienvenido de nuevo a La Nube, @FR_142 —añadió el comercial, con una sonrisa.

3

  1. Clara 01/03/2020

    Si, aunque quieras vivir sin el,
    ya no hay marcha atrás, es un dedo más de nuestra mano.
    Buen (ísimo) relato!

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    1. J. Pastor Solís 01/03/2020

      Así es… Muchas gracias, Clara 😉

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  2. La Cigarra 01/03/2020

    Macanudo

    Responder

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